sábado, 5 de diciembre de 2009

¿Esperanza o escepticismo?

El pasado jueves día 3 de diciembre se celebró en el Círculo de Bellas Artes una interesante exposición y un posterior debate, organizado por el club de debates urbanos (www.clubdebatesurbanos.com) donde intervinieron algunas personalidades implicadas en la Operación Chamartín. Allí tuvimos la oportunidad de visionar en primicia muchos de los planos explicativos del proyecto, acompañados del comentario de los autores del mismo: José Mª Ezquiaga e Inaki Ábalos, que retomaron el proyecto planteado por Ricado Bofill y lo mejoraron sustancialmente.
Sin entrar en los orígenes del proceso (que espero que comente El Tío Ferro al hilo de este post), voy a hacer un breve comentario de la propuesta, para posteriormente exponer mi opinión.
Como casi todo el mundo sabe, el proyecto pretende prolongar el eje central de Madrid, rompiendo el nudo norte (actual muerte de la Castellana) para lanzarse en tramos quebrados, unos 3Km más hacia el norte, sobre el espacio que existe entre Fuencarral y las vías de la estación de Chamartín y la zona de clasificación de Fuencarral.
El proyecto pretende enterrar las vías de Chamartín y dejar a cielo abierto las de Fuencarral. Sobre las vías de la estación se diseñará un gran parque (donde intuyo que veremos pinos calle30 style, creciendo sobre una gran losa de hormigón...) y estará rodeado de bloques vivienda de alta densidad (hecho que el equipo redactor pretende modificar un poco para aligerar este área, trasvasando parte de esta edificabilidad residencial al ámbito norte de la actuación).
Por su parte, la gran avenida mantendrá la sección tradicional de la castellana, pero reducidará su capacidad de tráfico y la velocidad pretende estar totalmente limitada a 50 Km/h para respetar las directivas de impacto acústico actuales.
Destacan en el desarrollo de la prolongación dos nuevos núcleos de gran densidad para uso terciario, diseñados en los lugares de máxima accesibilidad en transporte público (nueva línea de metro y cercanías. Para más información sobre transportes aquí)
El espacio restante se pretende densificar con vivienda en altura que dispondrá de comercio en planta baja; hecho especialmente singular es la existencia de la mayor parte del comercio de este modo, evitándose la aparición de nuevos macrocentros comerciales (habrá que verlo). Eso si, Adif se reservará en cualquier caso, la posibilidad de construir un megacentro en sus propias intalaciones de Chamartín.
También cabe destacar el esfuerzo realizado por los proyectistas, para conectar transversalmente la actuación y coserla a los barrios cercanos, la propuesta de un carril bici de verdad que recorrerá todo el ámbito (if i dont see, i dont believe...) y la atención a las posibilidades tipológicas que podría ofrecer la ordenanza de la zona.
Como opinión personal, me remito al título de este post: ¿esperanza o escepticismo?
No dudo de la capacidad de este proyecto para generar una nueva zona de dinamismo y centralidad en el norte de Madrid. La calidad urbanistica insinuada me parece suficiente y además encuentro que está a la altura de la época que vendrá.
Sin embargo, cuestiono el modo en que estas obras se acometerán, su financiación (¿BBVA puede con esto?) y su previsible alargamiento en el tiempo, con demasiados cambios políticos a la vista, problemas sociales, crisis y una demanda casi nula de vivienda y terciario en la actualidad.
Las obras se iniciarán en 2011, he leido por ahí. Lo importante no será para mi cuándo, sino cómo se terminarán. ¿Quedará algo de este proyecto vivo?
Espero opiniones y aclaraciones, please.

3 comentarios:

  1. Espero estar muy lejos de esta maldita ciudad cuando comiencen las obras. De todas maneras, será interesante ver cómo queda el Paseo de la Castellana después de la intervención.
    Una tarde de domingo en otoño... ¡Qué marafilloso!

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  2. Ah la Operación Chamartín...

    Bueno pues desde mi poltrona os cuento que para los años que se llevan invertidos en ella, tiene más mérito rematar los flecos financieros que el diseño urbanístico. Que ha mejorado bastante, por cierto...

    Esta operación urbana es hija de una vieja aspiración de Renfe: la de tener unificadas sus oficinas centrales.

    Y es que la RENFE, constituida en el año 41 a base de comprar concesiones y activos a las empresas ferroviarias de vía ancha que aún no estaban nacionalizadas, tenía las oficinas distribuidas entre las sedes madrileñas de las antiguas compañías: los edificios de MZA de Ciudad de Barcelona, los de Norte del Paseo del Rey, la estación de Delicias, el Palacio de Fernán Núñez, etc.

    Renfe quiso unificarlo todo en un gran edificio construido en el complejo de Chamartín, financiado con la venta de aquellas viejas sedes.

    Pero hablemos de Chamartín.

    Por un lado, los terrenos se expropian en los años 30, en el contexto de la ejecución de la red de Enlaces Ferroviarios de Madrid prevista en el plan Prieto, que incluía el ferrocarril Madrid-Burgos del Plan Guadalhorce de 1926, con cabecera en dicha estación.

    Esas expropiaciones se rigen por la antigua Ley de Expropiación Forzosa, de 10 de enero de 1879 y no por la actual, de 16 de diciembre de 1954. (Sobre la puesta al día de los instrumentos de control económico del Estado ya hablaremos otro día...) Lo que implica que existe la figura del "reversionista". Es decir, que los antiguos propietarios de los terrenos tendrían derecho a solicitar la reversión de la propiedad si el uso por el que se les expropió deja de tener efecto.

    En fin. La explanación de Chamartín se termina aproximadamente entre los años 30 y 40 (con la guerra civil de por medio) junto con la sección norte del túnel de Atocha. Las primeras vías llegan en los años 50, coincidiendo con un congreso internacional de ferrocarriles...

    y la estación se inaugura por fin en el año 67. Bueno, con un edificio provisional: el lateral del andén de la vía 1. Entre ese año y 1975 se construye lo que es la estación propiamente dicha, con el edificio de Correos y todas las instalaciones de Fuencarral. Donde en vez de construir una estación de clasificación se hizo un centro de mantenimiento de trenes, decisión muy acertada por otra parte.

    En 1982 llega el Metro. Y se inaugura el hotel HUSA, única torre de la estación.

    (Fin de la primera parte)

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  3. (Segunda parte)

    La decisión de Renfe es de esa época. Por eso construye "las caracolas": una pequeña red de casitas prefabricadas, en la que se instalarían las Oficinas Centrales durante las obras.

    Pero el PGOU de Madrid de 1985 tiene "otros planes" para esa zona, en torno a la cual se ha construido el barrio de Manoteras y la M-30, creando graves disfuncionalidades. Lo que sumadas a la nula accesibilidad peatonal de la estación aconsejaron una remodelación del área, que habría de ser especificada en un plan especial.

    Entre una cosa y la otra nació el proyecto de 1993. Fue un concurso internacional convocado por RENFE. Lo ganó Ricardo Bofill, que planteaba un cubrimiento general de las vías de la zona de la estación, con un viario elíptico un tanto extraño, y aparecían numerosas parcelas "de uso ferroviario" destinadas a vivienda que no entraban en los planes originales.

    A raíz de ese proyecto nace la empresa DUCH (Desarrollo Urbanístico Chamartín SA), propiedad de Argentaria y de la Constructora San José, tras encargárseles el desarrollo del proyecto y la gestión de sus plusvalías.

    En la página web www.operacionchamartin.com podéis leer la relación que dicha empresa tuvo con los reversionistas...

    Recordad que lo que ayer era el banco público Argentaria (Caja Postal) hoy es el BBV...A

    Bueno, pues la cosa es que al ayuntamiento le gustó el plan de Renfe y lo metió tal cual en el nuevo PGOU de 1997.

    Desde entonces hasta hoy la cosa ha sido un págame-tú-esa-infraestructura, estos-aprovechamientos-son-míos y no-tienes-derecho-a-hacer-eso-con-mi-terreno. Más o menos.

    Está la anecdotilla de que el plan definitivo a tres bandas Ministerio-Comunidad-Ayuntamiento pudo haberse aprobado en el pleno del ayuntamiento del día 4 de marzo de 2004, pero por meterlo en el orden del día se decidió esperar al 11...

    y que el nuevo Ministerio dijo que quietos paraos.

    Vuelta a revisarlo todo. Aquí entró Ezquiaga.

    Y desde entonces hasta hoy. 16 años después, todos parecen haberse puesto de acuerdo... o callado. Habemus planem.

    Ahora veremos si también "circenses".

    Un saludo majos!

    Sin más ni menos...

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