domingo, 3 de octubre de 2010

Ni optimistas, ni agoreros.

Sobre la crisis inmobiliaria, parece que ya esté todo escrito. Sin embargo, hoy reclamo mi derecho a dar el peñazo un poco desde aquí. No es que vaya a descubrir la pólvora, pero al menos no hago negocio diario bombardeando miserias e insuflando desesperanza como hacen otros (recomiendo el especial pre-parados de El País, todo un alarde de optimismo y alegría para una juventud que lo tiene jodido).
Y es que si hace dos años había que lanzar mensajes optimistas y hacer pronósticos alentadores, ahora está en boga todo lo contrario. Los que antes confiaron en el crecimiento de la economía como algo lineal y llamaban agoreros a los cautos que advertían de los peligros, son ahora los que exigen medidas reguladoras o piden ayuda para reflotar sus negocios. Nadie niega la existencia de la famosa burbuja inmobiliaria y todo el mundo cree que la vivienda era y sigue siendo demasiado cara.
Buscando información sobre todo esto, me topé con un vídeo de hace tres años producido por la BBC. Quizás en su momento podría sonar un poco a envidia, cuando las empresas españolas devoraban a las inglesas (sobre todo bancos) con el dinero que ellos mismos nos prestaban para sostener el enorme crecimiento de nuestra economía. Era la época en la que aún jugabamos en la Champions League y los avisos no se tenían en cuenta.


Parece mentira, pero el vídeo acertó en casi todo, y digo casi porque la única cosa positiva que vaticinan es lo único que aún no se ha cumplido: llevamos ya dos años de crisis y paro, de hipotecas que se ejecutan, de pisos que no se venden, pero los precios no bajan. O no bajan suficiente. La burbuja aún tiene aire, parece.



Eso sí, tal y como refleja este otro vídeo, a pesar de que la situación es ya insostenible, parece que los promotores no tengan ninguna prisa por vender y prefieran esperar el tiempo necesario antes que bajar los precios drásticamente, reduciendo su beneficio, sí, pero aliviando su stock y por tanto recuperando en parte su capital.
Sólo me queda imaginar algunos porqués. 
El primero que se me viene a la cabeza tiene que ver con cuentas en Suiza y dinero negro. Dudo que los promotores grandes estén ahora pasando hambre.
El segundo, y el que me pone de más mala leche, me recuerda las palabras de un buen profesor de urbanismo cuando nos explicaba (en pleno boom ladrillero) porqué el mercado inmobiliario no se regía según las leyes de la oferta y la demanda. Básicamente afirmaba que era la banca quien sobrevaloró la vivienda con el fin de prestar más dinero y ganar aún mucho más cuando se lo devolvieran. En el panorama actual, donde las hipotecas se están ejecutando, la banca no puede permitir que los precios caigan, pues arruinaría sus balances al tener que devaluar una parte grande de sus activos actuales: pisos que la gente no puede pagar.
Conclusión: el día que los precios de la vivienda bajen, la banca española se irá al garete, pero quizás tu puedas comprarte un pisito en Vallecas, aunque no tengas trabajo ni ganas de tenerlo.
Os dejo la viñeta de hoy del Roto. Buen final, creo.



1 comentario:

  1. Genial terminar con la viñeta, asi queda claro que en realidad tiene poco sentido preocuparse por la bajada del precio de la vivienda española, mejor empezar a interesarse por el precio de la vivienda en algún lugar en que existan ofertas de trabajo dignas.

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