domingo, 14 de marzo de 2010

El vicio no muy secreto de los españoles

Todos tenemos en mente al típico bloque feo de ladrillo que puebla las barriadas periféricas (y no tan periféricas ya) de nuestras ciudades. Madrid, en su papel de líder, es la ciudad que más generosamente permitió la proliferación de unas tipologías que podrían clasificarse dentro de cuatro o cinco modelos que se han ido modificando sin demasiado esmero.
Quizás por las ordenanzas, quizás por los gustos de los promotores o quizás por la demanda de los compradores, los bloques de los años 50, 60, 70 y primeros 80 cuentan con un complemento común: el balcón.
Estos balcones son muchas veces pequeños miradores, otras veces son franjas de 1,5m de ancho en toda la fachada del edificio y otras son terrazas profundas que protegen del sol a las ventanas y generan un lugar agradable para la estancia. Sea cual sea el caso, su fin es el mismo: terminar cerrados para servir de trastero, habitación tendedero o ampliación del salón. Pocas veces pervive el uso para el que fueron pensados. 
Podríamos argumentar que en muchos casos estos balcones carecen de todo sentido, al estar orientados hacia autopistas o ruidosas vías con gran tráfico. Podríamos pensar que sus dimensiones, demasiado tacañas, hacen difícil un uso diferente que el ser un rincón para el polvo y trastos viejos. Sin embargo, no creo que sea ése el principal motivo que nos ha hecho destrozar los alzados de los edificios de la periferia, que si bien nunca fueron muy bonitos, ahora cuentan con el desorden y la anarquía que los hace parecer un poblado chabolista vertical. Cada uno con una carpintería diferente, unos con persiana, otros sin ella. Lacados en blanco, color metálico o con toldo incorporado. No estoy diciendo que no se puedan modificar edificios para adaptarlos a nuevas necesidades. Simplemente reclamo coordinación y algún control para evitar penosos resultados fruto de permitir que cada cual se diseñe su pisito a su gusto sin asesoramiento alguno ni respeto a lo colectivo. 


Quizás algún romántico se digne a hablar de la variedad, de la intervención del usuario en el proceso de diseño o de la riqueza formal que estas intervenciones espontáneas generan.
Para mi, simplemente es un empobrecimiento de nuestras ciudades, una moda que arrasó nuestros suburbios provocada por un mal diseño, sí. Pero también por la dejadez del ayuntamiento y por la falta de control sobre actuaciones que modifican la apariencia de un barrio.
Se trata de un proceso a escala global, independiente de barrios o clases sociales. Todo el mundo lo ha hecho, desde la calle Orense, al barrio de la Concepción, del Pilar o donde sea. 
Es un vicio, un tumor patógeno que se desarrolla sí o sí en los edificios que tengan balcones. No es de extrañar que muchos arquitectos optaran por no diseñarlos, por construir bloques cada vez más cerrados y fríos donde sólo las mochilas de los aires acondicionados se atreven a colgarse desafiantes a todo el que ose mirar. Pero eso será objeto de otro post. 
¡Salud y libertad para el balcón cerrado!







3 comentarios:

  1. Claro que parecen feos, pero nunca has pensado que esos, los blacones, son la parte mas viva de la arquitectura urbana? sin embargo, si piensas, el problema no es que los usuarios hacen solo mal diseños, es el diseño que no save hacer casas: si piensas, es solo un siglo que los arquitectos han empezados a debujar casas, antes el Arquitecto era el 'maestro' que proyectaba iglesias y super palacios. Las anonimas casas siempre han sido objecto de mutaciones por su abitantes y es una necessitad muy 'arquitectonica' la de optener una faciada muy limpia. El problema es mas de tecnologia: ahora hay muchos materiales diferentes y baratos de los siglos pasados. Entonces si tu piensas los giardinos o los patios de las casitas antiguas siempre furon objecto de adiziones de nuevas abitaciones: ?y que es un balcon si no un giardino artificial en una situacion de densidad? ...y si te acuerdas de el proyecto para Algeri por Corbu...los balcones de madrid asumen otra cara...mucho mas interessante.
    (los siento por mi espanol, estoy todavia aprendiendo)

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  2. ¡Claro que los balcones son parte viva de la arquitectura urbana! Estoy bastante de acuerdo con todo lo que dices y asumo que mi post suena a opinión prepotente de arquitecto frustrado. Sin embargo critico la manera cutre que tenemos de modificar las cosas. Quizás en otros países, no se producen esta clase de alteraciones porque la propiedad no está tan extendida. Pero en España cada persona tiene como objetivo en la vida, el comprar un piso y ponerlo a su gusto, sin importarle en absoluto las consecuencias que hacia los demás pueda tener esa adaptación.
    El ejemplo de los balcones es para mi la muestra de que el concepto que tenemos de propiedad está equivocado. Por el simple hecho de poseer un piso, no significa que podamos hacer con él lo que nos dé la gana. Existen unas reglas, que si bien es totalmente cierto que pueden y se deben cambiar, éste debe ser un proceso colectivo pensado en beneficio de todos, no un simple "tonto el último" que es como parece funcionar ahora.
    De hecho, es importante recordar que este tipo de intervenciones están permitidas por ley, mientras se trate de elementos constructivos provisionales y fácilmente desmontables. Nunca podrías cerrar tu balcón con ladrillo. Pero sí lo puedes hacer con aluminio, pues se entiende que es un proceso reversible. Aunque al final sea totalmente irreversible.

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  3. verdad. aluminio es como ladrillo o vetro o tejido. Siempre son architecturas.
    Pero no intiendo lo que queres dicir con 'existe reglas..' a que te rifieres? a las reglas de el ayuntamiento su las costruciones?

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