viernes, 26 de febrero de 2010

Piedra, papel, tijera.

Desde que se inauguró este blog, llevo esperando un post acerca de un proyecto bastante singular, que uno de los colaboradores pretendía escribir. Dado que el tiempo corre y aquí no se postea nada, he decidido no hacer esperar más al lector y deleitaros con una de las obras más casposas que nos ha legado el boom inmobiliario español.
Cabe pensar que se tratará de un horrible bloque de ladrillo visto, o de unos apartamentos neoibicencos en Calpe, pero no. Esta obra que presento es mucho más que todo eso.
Diseñado por el arquitecto Manuel Ocaña, este conjunto trata de imitar (con bastante éxito) a las casas colgadas de Cuenca, pero en una manzana normalota situada en algún ensanche de la localidad de Ocaña (Toledo).
Al parecer, el promotor buscaba algo diferente, con tintes tradicionales, motivo por el cual, el arquitecto decidió ser consecuente y ofrecer este esperpento de pega, para demostrar que si los clientes solicitan cosas absurdas, un arquitecto podrá ofrecer siempre algo mejor. Incluso más absurdo si fuera necesario.
La estructura y la construcción del conjunto no guardan relación alguna con lo que el ojo ve. Se trata de un embuste en toda regla, cosa que al autor le parece fantástica, a juzgar por los comentarios que en su web se pueden leer acerca del proyecto. Roca enrollable, pilares neoliberales, vigas loctite y crugía epistolar, son algunos de los graciosos nombres que Ocaña utiliza para referirse a algunas de las partes del monstruito.

Quede claro que personalmente no me opongo a este tipo de payasadas, sin embargo el intentar justificar semejante parida mediante su ridiculización no parece propio de la persona que lo construyó. Más bien parece una manera de evitar que otros hagan la evidente crítica que merece, mostrándose plenamente consciente de lo ridículo de este edificio. Para reivindicar la necedad de algunos promotores, no hace falta una obra necia que muestre lo descontrolado del mundo. Para reivindicar que el arquitecto no es un payaso al servicio de promotores, hacen falta arquitectos que no proyecten estas cosas.

Fotos obtenidas en http://www.manuelocana.com/

2 comentarios:

  1. Dentro de la línea de trabajo del menda, creo que no se tiene que entender el proyecto desde el punto de vista fachada-acabados, ya que esto nos llevaría a una crítica tipo revista de 'arquitectura'(de interiores), o incluso peor, nos pondría al nivel del tipico artículo de la revista dominical del periódico de turno.
    señores somos arquitectos y el modelo arquitectónico que se propone en este proyecto es más importante que la campaña de márqueting más o menos acertada del promotor.



    Por otro lado, tenemos que acostumbrarnos a hacer contenedores que luego van a ser rellenados con un surtido de muebles y cuadros 'estilo remordimiento' de la abuela. No voy a citar a Loos...bueno creo que acabo de hacerlo.



    CONCLUSIÓN: si quereis mi opinión sobre el cartón piedra, no os la daré. En cambio creo que el modelo urbano y colectivo del proyecto sometido a crítica es mucho más de lo que hoy en día se espera y se premia en nuestro circulo profesional

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  2. La crítica de Andrés iba dirigida justamente a eso, al cartón piedra y al concepto fachada "gracieta"... Puede que sea una crítica parcial como la los medios que tú citas, pero francamente semejante esperpento no tiene perdón de dios.. El fin no justifica los medios, ni siquiera en arquitectura.

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